Y en aquella esquina un aroma
entre mentas y frutas
anhelado...
¿la esperanza?
¿la ilusión?
¿la incertidumbre?
¿la certeza?
Corretea huyendo ya calle abajo...
alcanzo a ver una difusa silueta;
extiendo mi mano
y la realidad me presenta
un cuadro anónimo, ajeno.
Ha quedado un olor acre,
de polvo árido,
de fruto seco,
esperado...
¿la nostalgia?
¿la melancolía?
¿la soledad?
¿la mentira?
Sigo esperando el aroma
- a fresa,
azahar y canela fina-
soñado...
Curioso esto del sustantivo...
Creo que es la palabra
la que descubrió al hombre....
mientras vigilaba esquinas.
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